domingo, 18 de julio de 2010

Por si los lobos

No lo fue el primer día ni tampoco lo será este. Siempre alejados, sus almas se encuentran en conversaciones que comparten. Se imaginan y cruzan miradas que acaban en nucas, sonríen a otro lado para evitar interpretaciones de terceros y cuartos.
Lo ajeno y lo propio son metacrilato hecho muros que cercan las posibilidades. En la lejanía se hacen señas de humo para que el otro sepa que el uno está ahí, aunque rápido las apagan por si llegasen los lobos.

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