viernes, 2 de julio de 2010

El arte de dormir

Noches en vela o noches largas de falsos fantasmas. Intermitentes sueños, caras sin rostros, voces conocidas. La suma del gato que se cruzó esta tarde, la historia que te contó tu amiga, el murmullo de tus pensamientos y el eco de tu inconsciencia.
Crepúsculos sin claros y con oscuros. Sudores fríos, espasmos que interrumpen tu sueño, recuerdos que vuelven, historias que te agarran el cuello a dos manos.
Protagonistas como el vacío y tú cayendo en él, la ropa que no te pusiste o los dientes que escupes.
Es la realidad trastornada por tus ojos cerrados; lo irreal palpable, lo ilógico sentido. La jaula donde las pesadillas encierran al descanso. O la almohada traidora que se retuerce cada media hora. Las sombras... Y ese despertador que suena cuando se dispersan.

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