sábado, 19 de junio de 2010

Don Romántico


Dice que es un romántico y que por eso nunca se casará. La lista de desamores de su currículum le llevaron a la conclusión de que el romanticismo es incompatible con una relación estable. "El tiempo acaba comiéndose lo romántico", comenta.
Dicho esto, decide trazar un nuevo plan: compartir ese romanticismo con mayor frecuencia. Amoríos -que no amores- con fecha de caducidad, pero con la intensidad que la palabra "amor" se merece. Disfrutar así del tiempo de cortejo, que es lo que todo detallista prefiere, y rondar con asiduidad, que es lo que cualquier humano desea.
De este modo, Don Romántico se reconstruye a sí mismo. Ahora se hace llamar "Don Juan".

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