domingo, 3 de septiembre de 2006

ESTO ES BALONCESTO


Domingo, 3 de septiembre de 2006. Saitama Superarena, Japón. Doce camisetas rojas se preparan para ser sudadas en la cancha y en el banquillo. Nunca esos colores fueron tan temidos en un deporte mayoritario y de equipo. Siempre pecaron de cuento de la lechera quedándose a las puertas de la victoria. Sin embargo, ahora tienen la suerte de ser vestidas con lo mejor de los que se forjaron en la mejor liga de Europa... Corrección: La mejor liga del mundo.
El capitán, Carlos Jiménez se ata las zapatillas sabiendo que es el jugador español con más medallas de la historia. Y esta última la quiere convertir en oro. Diez años le separan de Sergio Rodríguez, el más pequeño de la selección, el estudiantil de veinte años que se echó el equipo a la espalda en la semifinal (la otra final) contra el "cuarto mejor equipo del mundo", como apunta la clasificación, el segundo mejor equipo del mundo, según los que saben.
Pepu Hernández (no podía ser otro) ha llevado a estos 12 chavales a lo más alto. Es probable que no durmiese, pues anoche su padre dejó de verle dirigiendo el banquillo para siempre. No obstante, no ha querido añadir más emociones ni connotaciones al partido y ha obviado el tema a sus jugadores. El más humilde de los entrenadores de España hará realidad el sueño de todos en uno de sus peores días. Más orgulloso no puede estar un padre.
Los griegos no parecen presa fácil. Han sido la sorpresa del mundial destrozando y metiéndole cien puntos a las estrellitas de la NBA. Además falta una de las patas de esta mesa: Pau Gasol está lesionado. Pero nuestra selección nos quiere demostrar que sin Pau pueden ganar, y además, quiere dedicarle la victoria al que será MVP una vez finalice todo. Porque sin él no hubiesen llegado ahí.
El balón se pone en juego y no se le echa en faltaporque su hermano Marc se ha pegado contra el más gordo de los jugadores y le ha sacado del partido. "Lucha de sumos en Japón" y nos demuestra que tener enchufe no es suficiente para vestir estos colores. Felipe Reyes machaca al principio y consigue en una misma jugada 4 puntos: canasta con falta, falla el tiro libre, engulle el rebote y dentro. Lejos quedan los nervios que consumían sul juego cuando era un "niñato".
Lo mejor que le ha podido pasar a este equipo es ser herencia de los "Juniors de Oro". No sólo porque ganasen el mundial, sino porque se hizo una piña que ha contagiado al resto. Rudy Fernández está tocado y no ha puede deleitarnos con sus mates como lo hiciese en todos los anteriores partidos, pero el pequeño ha hecho historia con sus acrobacias. Navarro, en fin, empezó a bombardear en Hiroshima y quiere destrozar Atenas. "Mister Catering" Calderón ha callado las bocas de quienes dudaban de su posición en la NBA.
Los silbatos de los árbitros suenan desafinados. Pero el mundo nunca es suficiente cuando se lucha contra titanes y "la vida hoy puede ser maravillosa". Al menos para los que amamos esto.
El balón sólo quiere ser acariciado por las yemas españolas. Sólo quiere entrar en aro helénico. Que llamen a sus dioses griegos, que los comedores de paella, bailaores de flamenco y asiduos al toro se han puesto zapatillas con cámara de aire. Y vuelan hacia canasta.
Si algo tiene este deporte es que nunca está todo dicho. Pero existe la excepción y si tienes los mejores jugardores del mundo puedes cerrar el partido en la primera parte ganando de veinte. Grecia se bloqueó y no es porque fuese casualidad que llegasen a la final. Han ganado todos los partidos holgadamente. No obstante, han sido presa de la defensa española, la gran protagonista del partido y que ha dado como resultado la segunda peor anotación del mundial. Y esto en una final. Los griegos no han sabido meter cincuenta puntos. España les ha ganado de veintitrés. España es el mejor equipo del mundo. España tiene los mejores jugadores del planeta. No hay mejor reboteador que Don Carlos Jiménez. Para él la cosa no va de centímetros, va de ganas. No hay jugador más completo que el segundo de los jugadores españoles que se ha metido con Gasol en el quinto inicial: Jorge Garbajosa, el chico multiusos. No le tiemblan las piernas al defender a los más altos del planeta ni la muñeca para meter triple tras triple desde ocho metros. España tiene a Mumbrú, a Berni y a Cabezas. Ahí es poco.
Hoy, por fin, podemos reafirmarnos en el convencimiento de que tenemos una ACB que no tiene que bajar la cabeza ante otras ligas. Por fin podemos proclamarnos aquello que hemos rozado tantas veces. Y sí, no habremos jugado la final contra EEUU, pero esto es así, y si Grecia fue mejor que ellos, entonces, nosotros somos 23 puntos mejores. Somos oro y ellos bronce.
Se acaba el día, un día que mi retina retendrá y asegurará en mi memoria. Otro sueño mas echo realidad. Hoy siento que tengo algo de ese oro en la mano y me enorgullezco de esta victoria, la hago mía. Vuelvo a sentir el cosquilleo de un balón entre mis manos. Adoro la magia que tiene este deporte. Es algo único, se convierte en arte. Y encima somos condenadamente buenos. Mil gracias por esas canastas, por esa tensión de los últimos segundos, por mantenernos en vilo con cada balón peleón en el aro, por romper con la maldición. Por darnos lo que sabíamos que teníais. Gracias por convertir nuestros sueños en hechos. Nos vemos en el Europeo.

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