jueves, 6 de diciembre de 2007

ATERRIZAS



Subir a un avión es algo simbólico. Realmente no es el hecho de subir lo que te produce sensaciones, es lo que significará cuando aterrices. Siempre hay algo bueno que descubrir. Lo malo son las condiciones atmosféricas, con el antojoso cambio climático nunca sabes qué te deparará en tu destino.
Yo no tengo vuelos que coger en lo que queda del año, pero sí volveré a sentir las náuseas que producen la ingesta de temores a la espera de un avión. Y sé que todo anda bien y que un sol de invierno, más cálido que nunca, por fin llega del Este. Sin embargo, ahí están.

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