viernes, 19 de mayo de 2006

EL FINAL DEL COMIENZO DEL FIN


El fin. ¿Cuándo acaba, si es que termina, el fin? ¿Al empezar algo nuevo? Cuando algo acaba el mundo parece morir con ello, y no lo hace. El fin no es "al fin" siempre. Muchas veces es lento. A veces algo va a llegar a su fin, pero no vemos en qué momento nos dará tal regalo. El final puede darnos alivio y dejarnos pasar página para comenzar con otra cosa. Otras, el fin es doloroso y se prolonga hasta que "¡chas!" desparece como por arte de magia, de repente te percatas de que acabó... ¿Para siempre?
El final... ¿Sabe alguien cuándo empieza? Unas veces avisa, muchas se aparece. A veces es mucho más difícil ver llegar el fin de algo, y sin duda, mucho más tormentoso esperar sin ganas el castigo que supone.


El principio. ¿Cuándo comienza? Puede ser fácil verlo, sobre todo cuando se desea. Sin embargo, puede sorpendernos una historia nueva. Un sentimiento que hace florecer un capullo que nació de las raíces de una plata muerta. ¿Y cuando se presenta sin más? Irrumpe en los planes hechos, destrozándolos por completo. Esto también lo hace el fin.
¿Son tan distintos? Por ambos sufrimos, por ambos gozamos. A veces el reloj debería congelarse en ellos. También podrían resbalar las agujas del reloj para que pasase más deprisa.
¿El huevo o la gallina? ¿Todo lo que empieza se acaba? ¿Empezó cuando se acabó algo? ¿O acabó al comenzar? Después de todo, no hay nada más seguro que nuestro final. Nacer es poner en marcha la cuenta atrás, no obstante, sabemos que hay algo mejor y no dura un instante: vivir. Un buen punto de partida.

¿Principio o fin? Nuestros fines cumplen unos principios, así como descumplen otros. Y nuestros principios no tienen fin. No deben tenerlo. Tampoco nuestra alegría, nuestras sonrisas, ni nuestra felicidad. Pero estas son otra historia. Estas no se pueden medir.


(Salvador Dalí: "El enigma sin fin")

1 comentario:

jorgeimer dijo...

Quizas en el fin este el principio de una búsqueda. Quizás en el principio esté el fin de las esperanzas. Porque nunca acaba nada sin que algo antes haya empezado.Porque el fin del principio no es necesariamente el principio del fin. Porque fin y principio se atraen y repelen en una irreparable danza aun no empezada, aun no acabada.