lunes, 22 de octubre de 2007

UN DíA EN...


Enorme edificio, hace que te sientas chica, minúscula. Paseas avergonzada por tus pantalones "nisus" y por llevar zapatillas chillonas. La gente te mira, sin duda sabe a qué vienes, no hay secretos para esta gente, soy una novata y eso lo huelen. Mis pies.. Oh! Gloria! nunca se posaron en alfombra igual. Se hunden, camino liviana y con ganas de descalzarme y despues, dar volteretas por las grandes moquetas del pasillo. Es impresionante. Cocacolas a siete euros... ¡jesús!. Menos mal que pagan ellos. Subimos... ¿dónde? ¿A su habitación? Una mujer rubia me interroga... ¿Tú quien eres? ¡Habráse visto! Miro a mi jefe asustada, no sé si sabré mantener el tipo requerido, partimos del hecho de que hablamos idiomas distintos, y nos entendemos... algo, pero no nos sabemos comunicar más que con gestos y miradas agradables. Es más campechano de lo que esperaba en un magnate de su posición. Tenía que haber ido más guapa, quizás así encontraba trabajo fijo. Se sienta. Nos sentamos. ¿Pastas? ¿Algo de beber? Esos hojaldres son de los que se desmoronan, y no quiero ponerlo todo perdido, ni perderlo todo por ponerme como el kiko la sudadera. Hablan, yo miro... Un hombre sentado cerca de la televisión. Quizás su función es cambiar los canales. No, decididamente, el canal no se cambia. El canal es SU canal y se deja. Hoy hay un especial sobre España y sobre la inmigración. Tiene buena pinta. El magnate bonachón me señala el aparato y me dice "Plaza Mayor". Yo asiento con mi mejor sonrisa. Es un hombre cálido, de toda la vida, pero ojo, un hombre a respetar. Sigo observando. Esta vez es una mujer la que llama mi atención entre tanta palabra extranjera. Está sentada frente a un portátil, que por cierto, no parece lo último en tecnología y me choca con la estampa. Ella sí tiene oficio: toca el ratón cuando el salvapantallas tapa la página. La página de su canal, su página. A mi izquierda el magnate, detrás el tipo del televisor (apuesto a que él tampoco entiende ni papa), enfrente la destruye-salvapantallas, a mi derecha, el segundo de abordo. Habla cerrado, no le entiendo nada, prefiero mirar a mi magnate... ¿Cómo habrá llegado hasta ahí? Obviamente con esfuerzo, pero... No sé. Me impresiona. Me dan su tarjeta. Lástima no hablar su idioma, haríamos negocios. Nos despedimos, el todopoderoso, tan galán, me despide en un español no tan malo. Nos vamos. No me ha dado tiempo a ver la habitación cuando han abierto la puerta... ¡me cachis! ¿Tendré yo alguna vez tanto dinero para entrar en una (sin hacerme puta)? Camino, otra vez mis pies flotan en la suave moqueta. Señoras de la limpieza, cofias, camareros, desayunos, extranjeros, ricos, ricos extranjeros. Me despido del edificio echándole una última ojeada. No sabía que lo vería una semana después. ¡Ay! Político odiado a las tres. Mirada inquisidora, ¡fascista!

domingo, 21 de octubre de 2007

UNA Y OTRA VEZ

Las noches maldormidas, el despertar, el "tierra trágame", el miedo, la desgana, el no encajar, la falta de amor propio, el aburrimiento, la ociosidad, la angustia, la desesperación, el olvido, el recuerdo, la impotencia, el abandono, el "todo", la "nada", las pesadillas, la tristeza, el esperar, el buscar, el perseguir, el sentir, el respirar, el resoplar, el soportar, el amor, la soledad... (BIS)